domingo, 4 de agosto de 2024

La Tokenización de la Voluntad Popular

Tokenizar es dividir un elemento significativo en partes. En términos prácticos, la tokenización puede definirse como el proceso de convertir y expresar cualquier cosa en tokens digitales. Estos tokens son una representación digital de esa cosa, adquiriendo legalidad gracias a las leyes y acuerdos subyacentes. Cuando se tokeniza algo (cualquier cosa), esta no pierde su naturaleza y esencia; su existencia está garantizada por la sumatoria de todos los tokens en que fue dividido; de la misma manera que no cambia un objeto cuando hacemos una descripción detallada de el en una hoja de papel.

Para establecer al token como referente, debe existir una manera de proporcionarle al conjunto e individualidades de ello un nivel de transparencia; por ejemplo, en el caso de “valores”, estos pueden ser “guardados” en una cadena de bloques (blockchain), para que todos los que tengan acceso a ella puedan constatar su existencia y el valor que representan. Pero la blockchain no es el único mecanismo que existe para el resguardo indiscutible de datos; es conveniente cuando se quiere tener una publicación continua de ellos. Todo sistema de resguardo de valores representados por un hash previamente publicado -el hash es una función que permite una “identidad digital” o huella de un objeto referente- puede resguardar cualquier información; sabiendo que cualquier alteración del referente implicaría un valor hash extremadamente diferente al original.

De la misma forma la Voluntad Popular (el voto) puede ser tokenizado como se hace con los criptoactivos o las monedas digitales; la tecnología es semejante y se basa en los mismos principios de seguridad. En el Caso venezolano, donde el voto es automatizado ante una máquina de votación; donde queda registrado y guardado mediante la seguridad digital que proporcionan las funciones hash, Infraestructura de Clave Pública (PKI) y otras de estricta naturaleza electrónica yacentes en el hardware de cada dispositivo.

En Venezuela el voto, queda registrado en una máquina, desde donde se trasfiere su contenido encriptado al Centro de Totalización del Consejo Nacional Electoral, mediante redes privadas ajenas a la Internet. Se emiten copias impresa del contenido de la máquina, con las firmas de los testigos y representantes partidistas; pero el valor más apreciado de esa constancia (mal llamada Acta) es el hash que está impreso e indicado mediante una imagen QR. En términos formales, la Voluntad Popular ha quedado en el interior de la máquina de votación en forma de token digital; representada por un hash.

Cualquier auditoría establecida tendrá que comparar las constancias de los interesados y participantes con la información única e inmutable de la memoria de cada máquina de votación; sin descontar que la igualdad de constancias en papel eximiría estas auditorías al hardware o al contenido transmitido de cada máquina ... que ha sido identificado digitalmente con un hash.

El sistema electoral venezolano es único, solo a los ignorantes de sus protocolos y características, se le ocurriría pensar que es susceptible a ser truqueado; de ser así, lo mismo tendríamos que pensar de las monedas digitales, o de los sistemas de lanzamiento de misiles. Las matemáticas, y solo ella, garantizan que la voluntad del que presenta su huella digital a la máquina está contenida en la máquina y es la reflejada en las actas-constancias emitidas y la información trasmitida.

Por ello, si se quiere borrar o dañar la Voluntad Popular, hay que dañar o borrar las máquinas de votación; ya que allí reside la voluntad del pueblo, como única acta original del proceso electoral. Es por ello, que el transporte y resguardo de esas máquinas los realizan las Fuerzas Armadas Venezolanas, en toda la geografía nacional. Y hacia ellas fueron dirigidos los ataques de los que gritaron “Fraude”, cuando acometieron contra los Centros Electorales. Ahora bien, una vez trasmitida la información y contenido de las máquinas electorales, esa sumatoria de los tokens encriptados trasmitidos, es copia fiel e idéntica del contenido de las máquinas de votación; lo que se verifica con el hash indicado en el QR. La ignorancia es lo único que al parecer no se puede tokenizar, ya que es personalísima y aunque se pueda compartir un criterio ... cada quien es el propio responsable de su inédita ignorancia.

Gritar “Fraude” es como gritar “Soy Ignorante” ... pero al cuadrado.



Por: Rommel Contreras
[Físico, Administrador jefe de Tecnología de Información y Comunicación de la UDO]


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𝗡𝗼𝘁𝗮 1: El sistema electoral venezolano (Hecho en Venezuela) fue desarrollado por los profesores del Departamento de Computación de la Universidad Simón Bolívar (USB). Dicha responsabilidad recayó en los profesores Patrick O'Callaghan, Víctor Theoktisto y Carlos Figueira. [Ver informe actual del Prof. Theoktisto, PhD en Computación y auditor externo del CNE en: https://bit.ly/apagon_electoral].

𝗡𝗼𝘁𝗮 2: El artículo 155 de la LEY ORGÁNICA DE PROCESOS ELECTORALES venezolana (en vigencia desde julio 2009) establece lapsos para la publicación detallada de los resultados electorales; esos lapsos aún no están vencidos:

Artículo 155. El Consejo Nacional Electoral ordenará la publicación de los resultados de los procesos electorales en la Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, dentro de los treinta días siguientes a la proclamación de los candidatos electos y las candidatas electas.

 

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